10 marzo 2009

Ten valor

Ten el valor para levantarte por la mañana -esta mañana sobre todo- y no enredarte mucho en las sabanas, sólo lo justo y necesario. Poner el pie en el suelo –el derecho, siempre el derecho- y hacer temblar el mundo, intentando demostrarle –o demostrarte- que estás aquí y que vas a dar guerra, que nadie te va a callar y que no te vas a rendir tan fácil.

Desperézate, lávate la cara y sobre todo, abre los ojos. Mira el mundo desde otra perspectiva, desde varias diferentes: gira la cabeza, date la vuelta, mira hacia arriba, hacia abajo, cerrando un ojo, abiertos de par en par o incluso cierra ambos, a ver que se siente, pero mira bien. Prueba de tantas formas como quieras y se te ocurran y comprende la realidad, que pocas cosas hay tan malas como vivir engañado, por no decir ninguna.

Toma un café, dos o incluso tres, hasta que la sangre vuelva a fluir por tus venas como lo hace de costumbre, como cuando estás feliz y el corazón te late desbocado, incluso hasta llegar a ese punto en el que a veces se te sale del pecho y tienes que sujetarlo con las manos antes de que se te escape.
Pon la radio, o mejor aún, algo de música, algo alegre que te haga sentir viva. Canta, a todo pulmón y desmelénate. Permítete el gusto de ser feliz, o de intentarlo al menos.

No te quedes dentro de tus propias murallas negándote el paraíso exterior.


¡Llorar de felicidad! ¡Qué sensación!

2 susurros:

Pankdemia dijo...

Cuanto optimismo mujer

así da gusto!

MC dijo...

No solo vivir engañado es un terrible problema, aún más complicadamente humano es el error de vivir engañado y engañarse a uno mismo de que no lo está.

Trillado pero real.

Muy bonito el blog.

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