03 julio 2013

Prometo cuidarte.

Hay mujeres a las que hay que quererlas, así, tan sólo quererlas.

Mujeres que cuando más bonitas están es recién levantadas, que cuando lloran y se les corre el rimel dan ganas de enamorarte de ellas, que qué gran suerte poder admirarte, que qué gran suerte poder quererte. A ti, y a esa energía que llevas dentro que arrasaría con una ciudad entera.

Ella es débil y fuerte a la vez.

Delicada y frágil, quebradiza incluso, tanto que a veces cuando la abrazo creo que se va a romper en mil pedazos entre mis brazos. Sé que es débil, sé que dentro hay muchas cosas rotas y que probablemente yo no sepa arreglarlas nunca, sé que no es oro todo lo que reluce, sé todo aquello todavía no me ha contado.
A veces me asomo a su alma desde el borde del precipicio y la observo con miedo a caer en el abismo. No puedo evitar estremecerme: es complicada, es mucho más complicada de lo que podríais imaginar, y ojalá pudiera llegar a comprender cada uno de sus recovecos, de sus agujeros negros, de sus puntos muertos. Ojalá pudiera salvarla de los fantasmas que la atormentan por las noches.

Es luchadora, y eso no podrá negarlo nunca nadie. Es fuerte a su manera: no deja que el mundo la acojone, que se la coma viva, ni tampoco se anda con medias tintas. Aquí esta ella para comérselo a bocados.
Quizá todo (quizá ella) esté hecho trizas, pero no parará nunca de intentar arreglarlo, de intentar arreglarse. No se va a dejar acobardar por el mundo, ni tampoco por los monstruos de debajo de su cama. Aquí está para sacar los puños y decirles que se vayan por donde han venido.
Ella me ha dado en 4 meses más fuerza para continuar que muchos de vosotros en años. Ella le ha dado sentido a muchas cosas, ha ordenado otras tantas y ha creado millones. Hace que el mundo sea un poquito mejor allí por donde pasa.

Es complicada y por eso quizá nunca lleguemos a comprenderla del todo. Pero no te preocupes, se conoce muy bien a sí misma, siempre sabe donde poner el límite, siempre acierta. Es autosuficiente, no necesita a nadie para subir al siguiente escalón.


Y si algún día dejara de serlo, prometo que seguiré aquí siempre para abrazarla fuerte mientras su pequeño cuerpo convulsiona y su rimel se corre. Seguiré aquí para decirle que todo saldrá bien y que no está sola, que nunca lo va a estar.

Ojalá pudiera arreglar todo aquello que no funciona, ojalá pudiera solucionar sus problemas. Ojalá cada lágrima que he besado no hubiese tenido que existir nunca. Ojalá hubiese podido curar sus noches de insomnio.

Ojalá pudiera retener el tiempo, ojalá pudiera rebobinarlo y reproducirlo una vez más. Ojalá pudiera congelar ese momento en el que todos éramos completamente felices.

Ojalá hubieses llegado antes. Ojalá no tuvieras que irte.


Porque contigo ni siquiera he necesitado perder algo
para saber lo que tenía. 


"Aquí seguiré,
aunque el tiempo pase y la distancia nos separe."

01 julio 2013

Hasta pronto, mi amor.

De cuando la noche de antes la pasábamos follando, como animales. Noches sórdidas, de lujuria, de esa pasión que sólo se tiene una vez en la vida.
Follábamos hasta el amanecer... en la cama, en la ducha, contra el armario... Y mientras tanto me decías que me querías y que el puto mundo entero era nuestro, que nos sobraban las estrellas, que a nuestro amor le faltaba universo.
Me mirabas, con esa carita de zorra, con una de esas miradas que exhalan el deseo, sucias y lascivas. Tu sonrisa de medio lado, el contoneo de tus caderas, la curva de tu espalda, tu vello erizado, tus gemidos y el estremecerse de tus piernas.
Y bajo ese silencio jadeante y exhausto separarme de ti, hacer una maleta en menos de un minuto y correr a coger el siguiente tren.
Hasta pronto, mi amor.