Para qué pedir deseos a las estrellas si contigo los tengo todos cumplidos. Contigo sé lo que es reír porque sí, sin ningún tipo de razón, llorar de felicidad, ser feliz e intentarlo hasta el final. No importa cuántas veces caigamos, siempre podremos levantarnos una vez más.
Siempre podemos completar nuestras frases y leer nuestras miradas. Entendernos, comprendernos, anticiparnos.
Y al final del día, cuando todo por fin se calma y Morfeo nos saluda a lo lejos, encontrarte al otro lado de la cama. Saber que estás sonriendo en la oscuridad, besarte y dormir junto a ti sabiendo que, otro día más, continúas ahí.
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