11 marzo 2009

Oxígeno

Se respira amor en el ambiente, está cargado, es más, diría que nos encontramos ante una concentración saturada de amor.

Tengo asma, me ahogo, se me cierran las vías respiratorias y no dejan pasar el aire -o amor más bien-, aunque mucho mejor, conseguiré librarme de esta disolución gaseosa que crea la primavera siempre que llega y que tanto daño nos deja en el otoño cuando se caen las hojas que realizan la amorisíntesis -lo llamaría yo- que actuaban en el órgano diana llamado corazón.

Se empeña en ser dulce y apetecible, en vestirse de gala e invitarnos a su baile, y nosotros, como hipnotizados -o sin el como- siempre aceptamos la proposicion. Nos hace bailar, dar giros sobre nosotros mismos una y otra vez, y en uno de ellos coge y nos suelta haciéndonos caer por la propia fuerza de la gravedad.

Este aire sólo se encuentra en las zonas altas, que es de densidad baja y vuela muy alto, tanto, que pocos consiguen soportar el vértigo durante mucho tiempo, se bajan antes, eso sí, escalón a escalón, porque hay otros que nos caemos de sopetón.


Oxígeno, por favor, oxígeno. Que me hace falta.





2 susurros:

Melpómene dijo...

Primera vez que paso por tu blog, me ha gustado pasare mas seguido...


un beso

Poeta a media jornada© dijo...

este texto esta muy bien!
hacia mucho que no me pasaba
un besito

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